sábado, 13 de marzo de 2010

No te amargues, Pink Floyd!

La noticia tiene su cosa.

En breve, resulta que Pink Floyd no quiere que sus discos se puedan adquirir por canciones. Quieren que se vendan en el formato original: LP completo. Han demandado a la compañía y han ganado, al menos por el momento.

Pink Floyd puede (salvo que hubiera contratado de otro modo, claro esta) ofrecer sus productos como desee hacerlo. Solo faltaria!

No obstante, resulta extraño que no les haya molestado a lo largo de estas décadas que sus obras se pincharan en las emisoras de radio "a trozos" y no como "unidades indivisibles". Puedo atestiguar que Pallardó no pinchaba los LP enteros. Pero no tengo nada que objetar a que se beneficien de la publicidad que supone que les dividan lo indivisible.

El hecho de que Pink Floyd hayan o no prestado partes de sus unidades indivisibles a anuncios es irrelevante, a mi entender. Son suyas y pueden hacer de su capa un sayo.

No entiendo mucho que acepten que haya vídeos de temas sueltos de sus unidades indivisibles; pero doctores tiene la iglesia y quizás es que la unidad indivisible sólo afecta al sonido en ausencia de imagen y, claro, de promoción radiofónica.

Como consumidor, si me prohíben comprar el "One of these days" sólo y me obligan a comprar todo el álbum puedo pensar que el precio es excesivo y no comprar. Ese es mi derecho, por supuesto. Del mismo modo que es mi derecho el negarme a escuchar cada album entero y elegir los temas o los segmentos de tema que me apetezca. Incluso repetir un fragmento, aunque divida lo indivisible.

Obviando la cruda realidad (que, me parece a mi, es una cuestión de cuánto pilla quién), si nos centramos en esa reclamación de que se respete la unidad indivisible de su trabajo podemos plantearnos qué opinaría Vivaldi o Ludwig Van de que sus composiciones se usen por partes. Es más, podemos plantearnos de si ambos deseaban que su música se distribuyera en vinilos, CD o por internet. Porque cuando estos dos individuos crearon sus obras apostaría a que no pudieron prever que Luis Cobos iba a estampar en vinilos, CD y otros soportes como las cintas magnéticas versiones no autorizadas (y horribles) de sus obras.

Sea como fuere ¿qué mas da? Disfrutemos de METALLICA violando la unidad indivisible de Meddley con este fragmento del tremendo  "One of these days. Y es que eso de poner puertas al campo sólo está al alcance de unos pocos (y en el interior de sus damnificados cerebros).


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